miércoles, 21 de abril de 2010

El temor a la expresión me inunda.
Noto como mis cuerdas vocales se quedan sin fuerzas con el paso del tiempo.
La desgana es cada vez mayor, avanza por mi interior sin yo evitarlo.
Por el camino, voy perdiendo palabras que no consigo recuperar.
Mi aliento se quiebra con el impacto del aire... y ¡qué hago!.

Pertenecer en la ignorancia ante los demás.