El barroquismo al que estamos habituados es una carga de utensilios que disfrazan de
una forma esperpenta el espíritu individual, absorbiendo, en algunos casos, la opción del
pensamiento y el razonar, creando por tanto a un ser inútil y egoísta, incapaz de preocuparse por la vida.
Rechazan a los que no aceptan ser ornamentados ya que son la excepción de una sociedad
homogénea con una cultura inexistente.
"¡Qué viva el maquillaje y la depilación láser!"
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1 comentario:
me encanta..
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